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martes, 7 de agosto de 2012

El perdón y la disculpa al bailar Tango



El perdón y la culpa en Tango y la vida

He bailado Tango últimamente con iniciadas en Tango ( bienvenidas) Mi nivel es intermedio ,después de un largo y voluntarioso camino. La novicia a cada paso en falso, o dificultoso o que no pudo seguir me pedian persón  (recibí varias solicitudes) Como en el Tango está fuera de la norma hablar ( se considera chamullo o chamuyo; -ver mi pequeño glosario de lunfardo- ) y ante mi reiteración de que no pidan perdón doy aquí mi explicación


Se disculpa al inocente y se perdona al culpable.

Disculpar es un acto de justicia, porque la persona que ha ofendido merece que se le reconozca que no es culpable, tiene derecho a la disculpa, mientras que el perdón trasciende la estricta justicia, porque el culpable, no merece el perdón; si se le perdona es por un acto de amor, de misericordia.

Perdonar No cabe duda que resulta más fácil disculpar que perdonar. Cuando me doy cuenta que alguien no tiene la culpa, no encuentro en mí ninguna resistencia para disculparlo, porque lo natural es reconocer su inculpabilidad. En cambio cuando, cuando descubro que el ofensor es culpable de su acción, de ordinario, surge naturalmente una acción, inspirada por el sentido de justicia, que exige que esa persona cargue con las consecuencias de su acción, que pague el daño cometido. El perdón implica ir en contra de esa primera reacción espontánea, hay que superarlo con la misericordia. Lo que, en cambio, no tiene sentido, porque se trataría de un esfuerzo estéril, es perdonar lo que merece una simple disculpa.

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